Obra de arte del mes - Diciembre 2022

El #operadelmese de deciembre es Frammento di composizione, una pintura al óleo sobre lienzo del pintor romano Ferruccio Ferrazzi. Como sugiere el título, este cuadro es un "fragmento" de una composición mayor, concretamente la segunda de las tres versiones del cuadro Vita Gaia, una compleja escena con figuras desnudas y vestidas en un interior doméstico, reelaborada varias veces por Ferrazzi entre 1921 y 1923 para representar las edades de las mujeres. Siempre insatisfecho con la composición, que consideraba insuficientemente unificada y homogénea, Ferrazzi trabajó en las distintas partes del cuadro por separado y realizó varias versiones de cada una.

En este luminoso retrato de grupo de una mujer, la mujer del primer plano, vista de espaldas, rodeada de un paño blanco, dirige su mirada hacia el objeto que sostiene en su mano derecha, probablemente un cristal poliédrico; frente a ella, otra mujer, parcialmente cubierta, contempla absorta su propia imagen claramente reflejada en un espejo, mientras se adorna con un collar; una tercera figura, pelirroja, de pie en el fondo, sostiene el espejo y recorta una pluma en el pelo de la segunda mujer. La triangulación de las miradas y el entrelazamiento de los gestos crean una circularidad enigmática e íntima, confirmada por el hábil ritmo del dibujo y la opulencia de los colores, dominados por los azules y los tonos rosa-rojo-morados. Sólo la imagen reflejada parece establecer una interacción entre las mujeres, haciendo un retrato que ahora es real y ahora, en algunos aspectos, incoherente e imaginado.

Los desnudos femeninos recuerdan la Antigüedad y la tradición del clasicismo académico (evocando en particular los temas tradicionales de Venus y Susana), pero también las bañistas del último Renoir. El espejo, ya utilizado por artistas como Tiziano e Ingres, Savoldo y Velázquez, es un elemento de carácter fuertemente alegórico, y es recurrente en la producción contemporánea de Ferrazzi, hombre de vasta cultura artística, introducido en la pintura desde muy joven por su padre y su hermano Riccardo, ambos artistas. Este objeto, al igual que la desnudez, alude al conocimiento total de uno mismo y de la realidad más allá de todo fingimiento, engaño y reticencia. No es casualidad que las referencias al rico simbolismo del espejo y el prisma se hayan evocado en relación con el tema renacentista de la Vanitas, los tratados de Leonardo da Vinci y la teosofía. Un cuadro que sigue siendo, sin embargo, de compleja interpretación.

La obra fue adquirida por el Ayuntamiento de Roma en 1923 con motivo de la 2ª Bienal de Roma, en la que Ferrazzi expuso nada menos que veinticinco obras entre pinturas, dibujos y esculturas, dando testimonio de una carrera ya sólida que, tras una formación académica y un periodo futurista y secesionista, desembocó en los años veinte en una refinada pintura "neoclásica" teñida de un sugerente simbolismo.

Volver a la sección > La obra del mes de la Galleria d'Arte Moderna