La Obra del mes - Junio 2021

La pintura representa una mesa donde se encuentran varios recipientes, botellas y vasos de diferentes formas y tamaños, y un objeto que parece una regla que cruza la superficie de la mesa. El tema es típico de las composiciones de Morandi, aficionado al género del bodegón, que le permitía meditar sobre los volúmenes y los arquetipos geométricos de las formas. "Hay dos cosas en un pintor, el ojo y el cerebro", había dicho Cézanne. Releyendo la experiencia del maestro de Aix-en-Provence y luego la de los cubistas, Morandi, después de haber pasado por el periodo metafísico, a partir de los años 20 investigó el paisaje y los objetos para llegar al estudio de los "valores plásticos" y de la forma universal. En este bodegón, la composición está concebida con extremo rigor, control y equilibrio, en un delicado juego de equilibrios internos, en el que los objetos y sus sombras construyen un conjunto orgánico y compacto.

El color -una variedad de neutros y marrones, completada con amarillos suaves y púrpuras de glicina- tiene mucho cuerpo, animado por hábiles acentos de iluminación. El criterio cerebral de los cubistas se transforma así en una visión íntima y real, donde los objetos adquieren un encanto secreto y enigmático, surgido de la poesía de la vida de todos los días y de la gracia de una reducción milagrosa a lo esencial, en la búsqueda de un nuevo clasicismo.

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